Para la pianista y compositora Lyzbeth Badaraco la música no solo ha sido el camino idóneo para contar historias -las suyas, las de otros-, también ha sido ese bálsamo para el alma, ese aliciente que ha convertido los momentos de dolor en notas musicales. Fue así como nació el primer tema de su nuevo álbum de estudio, como ese veredicto final de una etapa de la que creía que nunca iba a salir. La artista guayaquileña presenta su segundo disco, Bucle, en un concierto especial en el Teatro Centro de Arte.
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El nombre nace de una composición que hizo en el 2019 y que vio la luz en el mismo lugar donde mañana, sábado, estará defendiéndolo ante su público. “En ese momento Bucle fue sanación, fue un momento muy oscuro de mi vida, donde pasé por una etapa complicada, de la que no podía salir, era como un constante bucle de soledad muy feo. Me costó muchos meses salir de ese estado”, confiesa Badaraco en un Zoom con este Diario.
“Dado que todos los días eran así, que no podía salir de ahí, se me vino la idea de hacer este tema, como para sellar y cerrar esta etapa”, continúa.
En esta entrega, conformada por diez temas inéditos, la compositora explora sus raíces latinoamericanas. “Yo trato de ser una constante esponja a nivel musical, hay muchos ritmos latinoamericanos que muchas veces como músicos no exploramos (...). Para obligarme a aprender sobre estos ritmos, me pongo ese reto de componer con esta música, no dejarlas morir en ese sentido, y la verdad soy muy fan de estas sonoridades que tiene Latinoamérica, que son únicas... creo que es mucho más sincero componer con esas sonoridades que nos rodean”, considera.
Todo esto sin desprenderse por completo de su base: el jazz. “No dejo de lado ese lenguaje que tiene el jazz y esa libertad que representa, que a través de la improvisación te da esa libertad, esa pauta para que tú puedas componer en tiempo real, que fue lo que me enamoró del jazz y me sigue transformando”, agrega.
Dice que cuando compone trata de hacer una especie de retrato de su vida, para que las personas puedan conocerla a través de su música. Es por eso que para la creación de algunos de sus sencillos se trasladó a experiencias personales, como un atardecer en Guápulo (Quito), o a su infancia, como lo hizo en la canción Río verde. “Lo escribí basada en un recuerdo que yo tengo de niña, cuando iba mucho a la comunidad de Quinindé, en Esmeraldas, y veía cómo estas mujeres, jefas de familia, lavaban, cocinaban, cuidaban sus hijos, todo en las orillas del río Verde y ellas cantaban a la vez”, rememora.
“Me hizo valorar a mi mamá en ese momento, ella es una mujer poderosa, cómo ella pudo hacer todo eso con los cuatro (hermanos) y aparte educarnos”, añade sobre esta dedicatoria a las mujeres que la formaron: mamá y abuela.
El disco se grabó en el 2021 en Bogotá, Colombia, bajo la producción de Santiago Sandoval y la participación especial de Edward Ramírez. Además cuenta con la colaboración vocal de la colombiana Lalo Cortés. Y cada uno de los temas fueron surgiendo durante el confinamiento de la pandemia. “Aspiro que la gente lo reciba con ese amor con el que hemos trabajado. Hemos trabajado con el detalle”, refiere sobre el disco, cuya presentación en físico llega en forma de matrioshka, un concepto relacionado a la propuesta sonora del mismo. “La idea es que la gente lo abra, como si fuese un bucle, y al final encuentre un código QR que te va a llevar a la descarga del disco digital”, explica, mientras va enseñando sus muñequitas de madera. Las hay en dos tamaños, la grande cuesta $25 y la más pequeña tiene un valor de $15.
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Menciona que si pueda ponerle género a sus ‘hijos’ discográficos, 93 (su primer disco) sería un niño y Bucle, una niña. “Es un proceso de maduración musical muy diferente. Yo sí puedo sentir en las composiciones de 93, cómo fue ese primogénito con el que tal vez sí hubo algo de pretensión”, reflexiona.
“En Bucle dejamos de lado eso, de demostrar qué habilidad pianísticas puedo tener yo, y nos enfocamos más en la composición como tal, por eso el formato canción, y ya no tanto en la idea del solo, de las improvisaciones largas”, añade.
Lyzbeth Badaraco presentará su “niña” Bucle este sábado a las 20:00 en el Teatro Experimental del Teatro Centro de Arte. No lo hará sola, en escena estará acompañada de invitados especiales que además comparten el amor por la música: Mirella Cesa, Jenny Villafuerte, Luz Pinos, Grecia Albán y Bryan Izurieta. “Tengo la dicha de contar con gente que quiero mucho y admiro”, afirma. La entrada al concierto tiene un costo de $ 25.
Hasta tanto, todos están invitados a escuchar el disco completo en las plataformas digitales de música, como en su canal de YouTube. (I)